Apartado de una pintura egipcia, que pareciera haber sido trabajada sobre un muro. Lamentablemente, no encontré el nombre de la pintura. El cuadro representa una escena de caza donde el hombre es acompañado de dos mujeres, la más grande cargando sus flechas y la otra a sus pies, están rodeados por pájaros, peces, mariposas y mucha vegetación, mostrando así como escenario, un rio. También se puede apreciar un gato atacando a un pato, este podría ser del hombre ya que el gato era un animal domesticado en el antiguo Egipto.
La figura humana egipcia en la pintura era muy estática, y esta no fue la excepción, esta se caracterizaba por distinguir al hombre y a la mujer en su tono de piel, el hombre marrón y la mujer amarillo, pero en esta imagen se ve que no está esa diferencia y no hay discriminación alguna en ese aspecto. El hombre, quien es el centro de atención en esta pintura, se ve con la cabeza de perfil, mirando hacia el frente, el pecho torcido de manera que se vea la totalidad de este, una pierna delante de la otra y de perfil y, por último, se puede apreciar el dedo gordo del pie sobre sale sin tener en cuenta la posición de los pies. La mujer tras de él cumple las mimas características, a diferencia de sus piernas que tienen el ángulo más estrecho.
La imagen, como la mayoría de imágenes egipcias, comparte su espacio con texto, y eso le da peso más a la izquierda que a la derecha debido a la organización de los elementos en la imagen. La jerarquización en esta imagen se puede ver desde dos puntos, primero que el hombre es más alto que la mujer (esta es una constante que se ha mantenido hasta nuestros días) y en la mujer que esta a los pies del sujeto, lo que nos dice que esta podría ser una esclava y la mujer detrás del hombre su esposa. Pudo haber sido elaborada en el Impero Medio/Alto, ya que la representación de la naturaleza empieza a cobrar importancia y se utiliza la yuxtaposición entre las formas, además se muestra un plano muy detallado, muy naturalista. Totalmente policroma, también se puede apreciar que ninguna persona reproduce expresión y/o sentimiento alguno, a esto se le llama hieratismo.
La figura humana egipcia en la pintura era muy estática, y esta no fue la excepción, esta se caracterizaba por distinguir al hombre y a la mujer en su tono de piel, el hombre marrón y la mujer amarillo, pero en esta imagen se ve que no está esa diferencia y no hay discriminación alguna en ese aspecto. El hombre, quien es el centro de atención en esta pintura, se ve con la cabeza de perfil, mirando hacia el frente, el pecho torcido de manera que se vea la totalidad de este, una pierna delante de la otra y de perfil y, por último, se puede apreciar el dedo gordo del pie sobre sale sin tener en cuenta la posición de los pies. La mujer tras de él cumple las mimas características, a diferencia de sus piernas que tienen el ángulo más estrecho.
La imagen, como la mayoría de imágenes egipcias, comparte su espacio con texto, y eso le da peso más a la izquierda que a la derecha debido a la organización de los elementos en la imagen. La jerarquización en esta imagen se puede ver desde dos puntos, primero que el hombre es más alto que la mujer (esta es una constante que se ha mantenido hasta nuestros días) y en la mujer que esta a los pies del sujeto, lo que nos dice que esta podría ser una esclava y la mujer detrás del hombre su esposa. Pudo haber sido elaborada en el Impero Medio/Alto, ya que la representación de la naturaleza empieza a cobrar importancia y se utiliza la yuxtaposición entre las formas, además se muestra un plano muy detallado, muy naturalista. Totalmente policroma, también se puede apreciar que ninguna persona reproduce expresión y/o sentimiento alguno, a esto se le llama hieratismo.
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